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Consejos para evitar el mareo

Hay mucha gente que le encantaría poder disfrutar de la experiencia del mar y la navegación. También los hay que quedaron marcados por una experiencia desagradable y prefieren no repetir.

Uno de los inconvenientes más frecuentes es lo que vulgarmente se conoce como mareo y que los expertos denominan cinetosis o mal de transportes.

Los síntomas son variados e incluyen palidez, náuseas, vómitos, fatiga, modorra, cambios en la visión y sudoración. En casos extremos se puede llegar a una pérdida de conciencia y desvanecimiento.

Fundamentalmente se debe a que nuestro cuerpo experimenta movimientos a los que no estamos acostumbrados y la consiguiente pérdida de referencias visuales, todo lo cual afecta a nuestro sistema vestibular y de equilibrio vertical y horizontal situado en el oído interno.

Aunque es algo que no depende exclusivamente de nuestra voluntad es mucho lo que podemos hacer para evitarlo o mantenerlo dentro de unos límites aceptables para nosotros:

Descansar lo suficiente antes de partir. El cansancio y la tensión aumentan nuestra vulnerabilidad frente al mareo.

Evitar las cenas copiosas la víspera de la partida y tratar de no abusar de las bebidas alcohólicas. Las digestiones pesadas y/o las resacas aumentan el riesgo de marearse. Siempre podemos dejar las celebraciones para después de la travesía o hacer la despedida dos días antes de partir para dar tiempo al cuerpo a recuperarse.

Los desayunos antes de zarpar han de servir para asentar nuestro estómago. Así es importante tomar líquidos (zumos, café, agua, etc.) que nos hidraten pero más importante es tomar alimentos sólidos como galletas, pan, pastas dulces o saladas, etc. que nos ayudarán a estabilizar la sensación de náusea y evitar los vómitos.

Evitar embarcarse pensando o creyendo que vamos a marearnos porque somos propensos o porque ya nos ha ocurrido antes o por lo que sea. Hay personas que antes de zarpar ya creen, piensan y afirman que se va a marear y no tiene por qué ser así. Aunque las causas del mareo son orgánicas también la sugestión mental puede contribuir. Es preferible pensar en algo ajeno al mareo.

Tomar algún medicamento contra el mareo (de sobras conocidos por la mayoría). Se presentan en pastillas que pueden comprarse en cualquier farmacia. Se recomienda tomar una pastilla una media hora antes de partir y no cuando empecemos a marearnos. Es cierto que tienen efectos secundarios como sueño o cansancio por lo que también existen aquellas que llevan cafeína. Aún siendo un remedio ampliamente conocido, no siempre es eficaz para todo el mundo ni tampoco recomendable (para ello hay que leerse los prospectos que acompañan a los fármacos).

Existen también los parches adhesivos que se colocan en el cuello por detrás de la oreja o las pulseras basadas en principios de acupuntura que presionan un punto específico entre las venas del antebrazo cerca de la muñeca. Pueden adquirirse en farmacias y al igual que las pastillas no siempre funcionan para todo el mundo. Por eso se recomienda probar diversas opciones y escoger aquella que nos funcione mejor.

Existen otros remedios alternativos como tomar jengibre a bordo. La raíz de jengibre puede resultar un antiemético eficaz.

Sentarse en el sentido de la marcha y no perpendicular al movimiento del barco, aunque también es cierto que los barcos, sobretodo con oleaje o mal tiempo, se mueven en más de un sentido a la vez.

Pasar el mayor tiempo posible en cubierta allí donde se noten menos los movimientos de la navegación y siempre en algún lugar donde sintamos el aire fresco, sobretodo en la cara. También hay que procurar evitar que el viento nos haga llegar ciertos olores como el del combustible o el tabaco.

Evitar meterse en lugares cerrados y/o con poca o ninguna ventilación como camarotes, pañoles, etc. Si fuera necesario hacerlo mejor pedírselo a alguien menos vulnerable a los mareos que nosotros o mejor todavía anticipemos antes de partir lo que podamos necesitar en cubierta (bañadores, toallas, cremas, ropa de abrigo, comida, bebida, cámaras de fotos, etc.) para no tener luego problemas.

Evitar fijar la vista en objetos estáticos y cercanos (por eso no se recomienda leer) y también evitar enfocar y desenfocar constantemente la vista. Es mejor mantener la mirada en puntos lejanos como pájaros, nubes u otras embarcaciones navegando en la distancia. A ser posible puntos móviles que se desplacen a lo lejos.

También se puede mantener el eje de visión en el horizonte o si navegamos cerca de la costa en alguna referencia visual terrestre. No es necesario clavar la mirada fijamente pero sí mirar a su alrededor. Lo esencial es tener una amplia vista del horizonte o cualquier otra referencia en nuestra visión periférica.

Evitar las actitudes comodonas y/o pasivas. No se trata de ser hiperactivos sino más bien de ocuparnos en alguna tarea que mantenga nuestra atención despierta y centrada en algo distinto del mareo y sus efectos.

Adoptar una postura corporal adecuada también nos puede ayudar a distraernos y a adaptarnos a los inacabables movimientos de la embarcación. Para ello, mientras el barco se mueve nos sentaremos erguidos y trataremos de mantener la cabeza y la parte superior del cuerpo sobre nuestras caderas usando los músculos del tronco y del cuello. La idea es tratar de acompasar nuestros movimientos con los del barco. Una vez conseguimos coger el ritmo, es más descansado que intentar luchar contra ellos.

Comer con moderación mientras se navega. Alimentos como manzanas, galletas o frutos secos son ideales para no tener el estómago vacío. No obstante, la dieta es realmente importante cuando uno ya ha empezado a vomitar.

Si empezamos a sentir los síntomas del mareo, un baño de agua fría o un chapuzón en el mar nos ayudarán a estimular el riego sanguíneo, a reactivar la circulación y a despejar nuestra mente. Mientras nos encontramos en el agua las sensaciones del mareo se amortiguan o desaparecen temporalmente.

También es importante hacérselo saber al patrón o skipper. No hay que avergonzarse por ello, porque un skipper con experiencia sabe lo desagradable que es marearse, y también sabe que un ligero cambio de rumbo para reducir la amplitud y frecuencia del oleaje sobre la embarcación puede ayudar a hacer una travesía más confortable.

A algunas personas, les ayuda estirarse con los ojos cerrados y tratar de dormir, preferiblemente en algún camarote. Esto no hará desaparecer los síntomas pero puede hacer que los sintamos menos.

Si hemos superado el punto de no retorno y hay que vomitar es preferible ayudar a nuestro cuerpo y no tratar de resistirse a ello. En vez de buscar un lavabo lo haremos por la borda de sotavento (siempre en la misma dirección del viento) o bien en cubierta dentro de alguna bolsa que podamos utilizar al efecto.

Es posible que sintamos una mejoría después de vomitar pero no hay que olvidar que en algunas personas las náuseas no cesan y los episodios de vómito se repiten. Es muy recomendable tratar de reponer nutrientes y líquidos aunque no tengamos hambre ni sed. En este sentido, las galletas dulces o saladas, o también las bebidas isotónicas en pequeñas dosis nos ayudarán a reducir las pérdidas netas de líquidos, azúcares y electrolito.

No hay que olvidar que la reacción del cuerpo es una respuesta orgánica normal en los casos de movimientos abruptos e imprevistos a los que no estamos acostumbrados, pero la duración y amplitud de la misma depende de nuestra susceptibilidad. Hay personas que se adaptan antes y otras necesitan más tiempo y esto también es normal porque no existe una respuesta fija e invariable para cada persona.

Como hemos visto, hay muchas cosas que pueden hacerse para evitar el mareo y sus desagradables efectos. Los fármacos y remedios alternativos pueden ser útiles hasta que nuestro cuerpo se acostumbre. Otros consejos expuestos también nos ayudarán siempre que estemos atentos y seamos capaces de reconocer los primeros síntomas de mareo.

Al final podríamos decir que hay dos soluciones básicas para no marearse. Una sería quedarse en tierra y no navegar nunca, y la otra sería justo lo opuesto: ¡Salir a navegar y disfrutar siempre que podamos!